viernes, 27 de abril de 2018

Esta noche no hubo luna...


Ahora camino de noche 
porque las noches son claras... 
Y esta noche no hubo luna, 
no hubo luna amiga y blanca...
y había pocas estrellas, 
pocas estrellas y pálidas...

Y era todo triste sin la luna amiga... 
y era todo negro sin la luna blanca.

No se veía la cinta 
de la carretera larga... 
los olivos del recuesto 
apenas se dibujaban... 
un murciélago pasó 
rozándome la cabeza con el ala ... 
y me ladraron los perros 
en los bancales con saña. 
Sin luna todo era negro y triste... 
vi una luz allá lejana... 
y, a tientas, fui hasta la luz 
y en la luz pedí posada...

Esta noche no hubo luna... 
no hubo luna amiga y blanca... 
Y recordé aquella noche 
en que no vino mi amada...

y en que yo loco de amor,
lleno de fiebre y de ansias...
hice también alto 
en la primera posada...

viernes, 20 de abril de 2018

Viaje por los huesos


Ahora viajo de incógnito por el haz de mis huesos
Por planicies unánimes de horizontes ilesos.
Entre blancuras solas,
¡ah, qué música inerte!
Oigo en noche lejana de cedrón y amapolas
el beso original que fundó tanta muerte.

En estos huesos puros, de terrestre destino,
bajo intemperies lácteas, mi mañana adivino.
Y en sus solas blancuras
De apariencia esteparia,
reconocer no puedo mis cenizas futuras,
mi austera calavera, puntual y solitaria.
Pero ahora en mis huesos, genealógicos, fieles,
un suave ayer recobro de memorables mieles,
Con una luz antigua
de absorta primavera,
ese candor ingrávido todavía atestigua
la niñez celestísima, la sonrisa primera.

Huesos donde mi muerte infantil reposaba,
por un tímido ruego contenida su aljaba.
Desde el ampo risueño,
aún mi madre me mira.
Ya, con mentón vencido, no calla hasta en el sueño.
Ya, con semblante alegre, se levanta y respira.
¡Ay huesos, huesos míos, de entornada memoria
que abro con una clara lágrima expiatoria!
Tal en una cisterna
de dócil resonancia,
en los átomos tibios oigo la voz paterna
como en aquel domingo flamante de la infancia.


Roberto Ibáñez

viernes, 13 de abril de 2018

Inmortalidad

Sunset / George William Russell
Debemos pasar como humo o vivir en la llama;
Pues no somos más que bruma en los ciclos ardientes; y 
Nuestros pensamientos se transforman en sueños, 
Y nuestra voluntad en deseos, mientras como humo 
Desaparecemos en el fuego. 

Luces de infinita piedad en el grisáceo crepúsculo
Fueron nuestros días: y seguramente aquello fue el alma: 
Pues vivía en nosotros un aliento eterno. En ese fuego vivimos y 
Morimos, y pasamos a través de muchos caminos, a través 
De las innumerables sendas del sueño y de la muerte. 

viernes, 6 de abril de 2018

Otoño

Autorretrato de José Hierro

Otoño de manos de oro.
Ceniza de oro tus manos dejaron caer al camino.
Ya vuelves a andar por los viejos paisajes desiertos.
Ceñido tu cuerpo por todos los vientos de todos los siglos.

Otoño, de manos de oro:
con el canto del mar retumbando en tu pecho infinito,
sin espigas ni espinas que puedan herir la mañana,
con el alba que moja su cielo en las flores del vino,
para dar alegría al que sabe que vive
de nuevo has venido.
Con el humo y el viento y el canto y la ola temblando,
en tu gran corazón encendido.