viernes, 11 de octubre de 2013

No dejar el todo por la nada



Presa en estrecho lazo
la Codorniz sencilla,
daba quejas al aire,
ya tarde arrepentida.
"¡Ay de mí miserable
infeliz avecilla,
que antes cantaba libre,
y ya lloro acutiva!
Perdí mi nido amado,
perdí en él mis delicias,
al final perdilo todo,
pues que perdí la vida.
¿Por qué desgracia tanta?
¿Por qué tanta desdicha?
¡Por un grano de trigo!
¡oh cara golosina!"
El apetito ciego
¡a cuántos precipita,
que por lograr una nada,
un todo sacrifican!

(12 de octubre de 1745 – 11 de agosto de 1801)

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