viernes, 1 de marzo de 2013

Aprenda cómo contar cuentos a sus hijos

El hábito de los padres de contar cuentos a sus hijos, puede convertirse en una gran ayuda para entretener y divertir al menor. Le permite reír, soñar e imaginar un mundo de fantasía, además es una forma de comunicación y fomenta la relación entre ambos.

El momento ideal para contar un cuento es antes de dormir, ya que en horas de la noche ayuda a relajarse para conciliar el sueño, y resulta conveniente que la historia tenga un final feliz.

El español Jorge Casemeiro, director del Centro de Psicología y Pedagogía en Madrid, informó en una publicación que también se puede narrar una historia.

‘‘Es más fácil narrar un cuento porque mantiene mejor la atención del niño, ya que se le puede mirar a los ojos, captar sus gestos... Pero hay que intercalarlo con cuentos leídos, porque así es más fácil que adquiera el hábito de leer libros’’, aseguró Casemeiro durante la entrevista.
 
¿Cómo se lee?
Frases sencillas, claras y breves. La complejidad verbal y escénica debe ir introduciéndose de forma progresiva, inteligente y paciente.
¿Hay que leerles cuentos todos los días?
Sí, de esta forma se establece una rutina que les aporta seguridad. Un cuento es compatible con muchas otras rutinas: cuando viaja en coche, cuando se baña, cuando está comiendo. Y es un buen recurso que ayuda en momentos difíciles, como cuando está nervioso, en una sala de espera o en un viaje.

Si el niño reclama leer un cuento en cualquier momento ¿hay que hacerlo?
Depende de la edad del niño y de la disponibilidad de los padres. Los niños también pueden entretenerse solos con los cuentos.

¿Se le puede preguntar al niño sobre el cuento?
Sí, aunque no se trata de poner al niño a prueba, ni agobiarle. Puede ser un recurso para mantener su atención, para su formación o incluso para conocer su conocimiento de la vida y los sucesos que le pueden haber ocurrido.

¿Cuándo dejar de leer cuentos?
No hay una edad exacta. La capacidad de leer por uno mismo va sustituyendo la necesidad de que le lean. Cada niño lleva su ritmo y tiene que ser un proceso gradual y suave: pasar de que le lean cuentos a que los lea él mismo.

Para mantener la atención, hay que utilizar recursos como títeres o marionetas fabricadas en casa. Cuando los niños son pequeños, lo mejor es completar el cuento y no tener interrupciones porque podrían perder el hilo de la narración y el interés.

Es un hecho que el ejemplo lo dan los padres, ya que si un niño crece en un lugar con libros y ve leer a sus padres, hará amistad con los libros. Lecturas que luego se podrán compartir y comentar en familia.

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